jueves, 28 de febrero de 2019

Soy tu oveja.
Librame de tener una mirada diferente o más altiva de mí.
Me mandaste a ser mansa como paloma y astuta como serpiente, pero con vos soy tu oveja.
Yo no soy la que intercedí por mí delante del padre y tampoco soy la que se desvela por cuidarme. Vos lo hacés, mi pastor.
Yo no me defiendo a mí misma ante mis enemigos con rugidos de león.
Vos lo hacés, mi pastor.
Yo no soy la dueña de la venganza y tampoco implanto mi justicia sobre la tierra.
Vos lo hacés, mi pastor.
En vos me siento segura como para gritarles a mis enemigos, escondida detrás tuyo, que ya no les pertenezco. Puedo decirle a los lobos que aunque sepan dónde encontrarme ahí estarás conmigo.
Pero no soy león.
Tampoco soy un lobo.
Soy tu oveja.