miércoles, 16 de mayo de 2012

Recordarte

Quiero ser la niña a la que no le averguënza llorar ante tus ojos y suspirar de alivio en tus brazos.
Quiero recordar siempre, siempre las noches en las que nos sentábamos en el piso en vez del sillón y que paciéntemente me enseñabas acerca de la vida con esos cuentos de los que yo era la protagonista.
Quiero recordarte, así no podré olvidarme de quién soy.
Y quiero que todo mi ser tiemble de miedo, pero que aún así continue porque sé que estás sosteniendo mi mano.
No quiero tener una foto de tu rostro en mi billetera, deseo que tus palabras se graben en mi corazón.
Quiero que me enseñes a andar en la bici sin rueditas, ya no tengo miedo de golpearme.
Quiero que me cuentes los secretos de tu vida, y confesarte las bajezas de la mía. Que no seas sólo mi padre, que también seas mi amigo.
Quiero crecer, pero nunca quiero dejar de quedarme dormida en tu regazo luego de largos sollozos.

Y un día volver a mi casa. Estarás ahí esperándome con la mesa lista y una fogata prendida. Será el día más feliz de mi vida cuando al fin te vea y sol jamás vuelva a ocultarse.

sábado, 12 de mayo de 2012

Otoño



Es la primera vez que me gusta el otoño. Resulta que a veces el problema no es lo que miramos sino cómo lo miramos.

Pensaba que en las épocas frías los colores se veían más tristes hasta que una amiga me contó que en realidad los colores se ven como realmente son cuando está nublado. El otoño es bello sin idealización.
Es más silencioso y las melodías corren con ligereza por el aire. Esta estación es ideal para aprender a prestarle atención a nuestros pensamientos.
Los árboles regalan sus hojas al suelo para fertilizarlo y a mí para divertirme con su crujir al pisarlas.
Realmente disfruto del anonimato: buso, bufunda y gorra.
Y el atardecer... es tan anaranjado.
Las canciones francesas contrarrestan la falta de calidez.
Pero sobre todo tus abrazos.

domingo, 6 de mayo de 2012

Que tus rodillas tiemblen.

Te seduzco,
sé que te encantan mis mentiras.
Equilibro tu baja autoestima
diciéndote cosas lindas,
que sos inteligente,
autosuficiente,
independiente.
En vos está la fuerza,
con convicción forjas tu destino,
sos el dios que has elegido.
Y luego te pasan "las cosas de la vida",
tu voluntad se desanima
y acá estoy para vos,
esperándote para consolarte
con mi depresión,
mi rencor,
la culpa,
y la desolación.
No tardarás mucho en recuperarte,
con mis fuerzas podrás escaparte.
Tirarás tu vida a la basura
y en mis vicios encontrarás hermosura.
Atadura tras atadura.
Soy el camino que odiarás
y que no podrás dejar.
Soy la venda que te llevará a la perdición.
Soy la desesperanza que te llena de aflicción.

Si tan sólo conocieras el nombre de tu libertad... Él hace que mis rodillas tiemblen.