jueves, 28 de febrero de 2019

Soy tu oveja.
Librame de tener una mirada diferente o más altiva de mí.
Me mandaste a ser mansa como paloma y astuta como serpiente, pero con vos soy tu oveja.
Yo no soy la que intercedí por mí delante del padre y tampoco soy la que se desvela por cuidarme. Vos lo hacés, mi pastor.
Yo no me defiendo a mí misma ante mis enemigos con rugidos de león.
Vos lo hacés, mi pastor.
Yo no soy la dueña de la venganza y tampoco implanto mi justicia sobre la tierra.
Vos lo hacés, mi pastor.
En vos me siento segura como para gritarles a mis enemigos, escondida detrás tuyo, que ya no les pertenezco. Puedo decirle a los lobos que aunque sepan dónde encontrarme ahí estarás conmigo.
Pero no soy león.
Tampoco soy un lobo.
Soy tu oveja. 

jueves, 22 de marzo de 2018

Hogar.

"Espero que en este día cambie tu suerte." Me dijo el taxista que me dejó en el hospital luego de un día muy largo al que aún le faltaba mucho para terminar. Le di las gracias, casi desesperanzada.

La bronquitis y una muy mala gestión de la empresa para la que trabajo me dejaron desvanecida en el sillón de mi casa. Me desperté en tus brazos. Con algo de esfuerzo, tengo que admitir -ya no soy la misma flaca de antes-, me levantaste como a una niña para acostarme en la cama.

Y me acordé de lo que dijo el taxista:

"Espero que en este día cambie tu suerte."

Qué tonta al pensar que mi suerte era mala. Incluso en los peores días todavía tengo un hogar y unos brazos a los que volver.

jueves, 15 de marzo de 2018

Débil

Hay personas que tienen una fuerza humana descomunal. Son capaces de luchar por sí mismos y luchar por causas nobles, o por cosas banales.
Se levantan a las 6 de la mañana y estudian para no vivir la precariedad que vivieron sus padres.
Se levantan a las 6 de la mañana y van a darle el desayuno a personas sin hogar.
Se levantan a las 6 de la mañana y salen a correr para tener un cuerpo hermoso, o para sentir un poco más de bienestar. 
Y hay otras personas. No sé si en esa categoría seremos muchos, pero por lo menos estoy yo.
Personas que no tenemos la fuerza ni para llevar una simple disciplina humana.
Tenemos la capacidad de que la sensación de bienestar nos arrebate y nos ahogue el polvo.
El talento de no pensar.
Y la vida sigue, normal. Un mambo más, un mambo menos. Nada que no haya vivido cualquiera.
Y todo esto pensándonos buenos. Somos algo bueno en el mundo. Marcamos la diferencia. No hacemos nada, pero somos buenos lo mismo.

Resulta que tengo un papá.
La voz de mi papá es más fuerte y clara que la de mi conciencia. Después de todo, mi conciencia a veces me dice que estoy bien y que soy buena sin darme cuenta de que estoy ciega.
A mí me cuesta mucho charlar fluidamente con mi papá.
Le busqué mil veces el porqué a esta situación. No es porque me falte su amor o me haya herido. Incluso se ocupó de heridas que nadie sabía que existían, ni siquiera yo. Así que no es fácil para mi encontrar la razón de mi distracción hacia él.

Pero hoy estaba ahogada bajo esta sensación de un montón de polvo cubriendo mi mente, mis ojos, mis oídos. Mi conciencia no me advertía de nada, excepto de mi distracción hacia mi padre. Así que hablé con él.

Y de repente me vi ahí. Ciega, llena de polvo. Creyéndome fuerte.
Me sacó el polvo de los ojos y vi mi vida.
No tengo la fuerza para llevar adelante una simple disciplina humana. Aún así pretendo tener una disciplina espiritual.
No sé comer bien, no sé dormir bien, no sé mantener mi casa. No sé como ser buena en mi trabajo, no sé como querer a mi trabajo. No sé cómo embarcarme en el viaje de mi verdadera profesión. No sé cómo ayudar a los demás. Los escucho, veo sus lágrimas y no sé cómo ayudarlos. Simplemente les pido que vivan con su papá una relación que yo no estoy viviendo con el mío. 

Pero mi papá es hermoso y puedo volver a él sin que me mire como el desastre que soy.
Y puedo preguntarle cómo me ve él, y pedirle que me lo diga una y otra vez a ver si empiezo a creerle de una vez.
Verme como él me ve.
Vivir como el me ve.
Amarlo como él me ama.

Así que buscando el porqué de mi distracción hacia él entendí una cosa sobre mí y una cosa sobre él.
Que yo me distraigo porque su mirada es pura y sincera. Y no es nada bonito verse reflejado en alguien así y descubrir nuevamente que estoy hecha un desastre.
Sobre él que es como esos maestros que se encariñan del peor del grado. Él me ama porque soy débil y aún así espera de mí grandes cosas.

viernes, 9 de febrero de 2018

Lluvia de pensamientos en una noche lluviosa.

Soldado que huye sirve para otra guerra. No.
No quiero huir para luego ver una guerra más, porque la guerra me tiene podrida.
Yo quiero que esta guerra me consuma, pero que sea la última. Que deje en ella mis huesos, mi vida y mi corazón. Que la guerra y yo nos sepultemos juntos.
Que con mi muerte nazca la paz. Que mi vida sea una semilla muerta que renace con el riego de tu sangre.
En esta guerra estamos juntos. Pero vos estuviste primero y aunque yo sigo en ella vos ya la ganaste.
Yo no quiero huir de esta guerra porque tu guerra es mía y prefiero vivir y morir a tu lado que huir y morir siendo un daño colateral.
Si esta guerra nos toca a todos, que a mí me toque bien en el medio, o en el frente, porque aunque la guerra me consuma, sé que será la última.

jueves, 1 de febrero de 2018

Ni culpa ni temor.

No me da culpa la vida, ni temor la muerte.
Mi vida en la tierra y mi vida en el cielo se resumen en una sola palabra: amor.


Una vez me preguntaste por qué me quedo tan quieta cuando me das besitos en el cachete. Días antes de que me hicieras esa pregunta me percaté que entre todos los momentos que vivo cada día, ese es el que más recuerdo y me gusta recordar, así que cuando los besos se hacen realidad me detengo para ser consciente del beneficio de la vida hacia mí. Sonrío y te grabo en mi memoria. 
¿Qué culpa me va a dar la vida si luego de unas cuantas tormentas estoy llena de regalos? 


Hay dos tipos de personas que no disfrutan de los regalos: La primera es la que está vacía por dentro, y la segunda es la persona a la que el maltrato le enseñó que los regalos eran para otros más valiosos.

Yo era del segundo tipo de personas. 

Me di cuenta de esto cuando empezamos a planificar nuestra vida juntos y compraste por sorpresa algunas cosas para nuestra futura casa. Yo no podía ponerme feliz porque no tenía la capacidad de entender que los regalos eran para mí.

Pero luego de un tiempo de recibir muchos regalos (sobre todo regalos al alma), entendí. Hoy cuando me proponen darme algo que no merezco lo recibo con alegría porque ni un poco del amor que se me concedió fue por un mérito mío. Fue, y sigue siendo por la simple voluntad que impulsa la gracia (entiéndase gracia como dar sin merecer). Yo soy beneficiaria de esa gracia y punto.
¿Qué culpa me va a dar la vida, si la gracia hacia mí es cosa suya y no mía?


Tu recuerdo es un recuerdo de ojos abiertos. Hay otro recuerdo que amo, pero es de ojos cerrados.
Cuando le canto a mi papá del cielo cierro los ojos porque él está adentro mi corazón. Y al estar juntos, sin ningún tipo de interrupciones (sin inseguridades, sin acusaciones, sin vergüenzas) puedo escuchar su voz, que es hermosa e indescriptible, pero que su veracidad es más potente que la del tacto. Cuando escucho su voz,  surge mi verdadera voz interna y sus verdaderos anhelos, que no tienen que ver ni con el éxito, ni con una larga vida, sino con estar para siempre con él, mi creador, mi primer y último amor. Pero ya no con él en mi corazón, sino yo adentro del suyo.

¿Qué temor me va a dar la muerte si me espera la vida más plena?

A mi amor de ojos cerrados y a mi amor de ojos abiertos, gracias por darme la mejor de las vidas.

jueves, 7 de septiembre de 2017

Mala Suerte

Todo empezó en septiembre del año pasado cuando el abogado administrador del departamento donde vivo decidió renovarme contrato sólo por un año. Era la primera vez en mi vida que renovaba un contrato por mí misma y estaba cansada del ruido de la avenida que me ha hecho olvidar que mi respiración tiene sonido propio. Así que a conciencia acepté la estafa. Renovación por un año.

Un año después, septiembre del 2017 decidimos irnos. La mañana de hoy decido mandar currículums para aprovechar el tiempo antes de ir a ver el contrato del nuevo departamento mientras la nena que cuido desayunaba. En eso, encontré el mejor aviso del mundo. Atención al cliente a través de redes sociales. "¡Esto es lo mío!", me dije, y lo mandé (y un par de currículums más ya que estaba).

Minutos después estaba en la inmobiliaria leyendo el contrato bajo la mirada de tres agentes inmobiliarias que no tenían otros clientes que atender. La nena conmigo, pidiéndome que la vea jugar con su muñeco y una llamada telefónica.

Número oculto. Podría ser publicidad, podría ser un trabajo. Atiendo.
- ¿Hablo con Ginette?. -Si dicen mi nombre, publicidad no es, debe ser un trabajo o la tarjeta de crédito.
- Sí, soy yo.
- Te llamo porque recibimos un currículum a través de la página x, para x empresa. -Revolviendo mi mente, el contrato, la nena, los currículums. ¿Cuál de todos será?
- Ehh, sí sí. -¡Ay, no! ¡Es el que mandé hoy! Ojalá me pregunte si puedo hablar.
- Te quería preguntar por qué te gustaría trabajar en este lugar -Y el contrato, las tres agentes, la nena, el teléfono, mi mamá aparece por la puerta diciéndome que es mala educación hablar por teléfono mientras estás con otra persona. No mentira, no aparece mi mamá, pero sí las culpas que aprendí de ella.
- Ehhh, disculpá. ¿Te podría pedir que me llames en 20 minutos? Estoy justo en el medio de un trámite.

Y ya pasó una hora y media. Los minutos crecen justo con mi frustración. La culpa la tiene el viejo de mi anterior departamento que me renovó el departamento por un año (cosas de la vida en realidad). Yo no tendría que haber estado ocupada para atenderte, pero así fue y si por esas hermosísimas casualidades de mi vida te ponés a leer mi blog llamame y regalame una nueva ilusión.

A mí me gusta cambiar los días para bien, ¿querés cambiar mi día?

Saluda Atte. Gini.

P.D.: Para los otros fantasmales lectores de este blog, esta es una publicación extraña, lo sé, pero bueno. Son los intentos desesperados de una argentina del 2017.

jueves, 1 de junio de 2017

Colección de recuerdos en la verdulería

(Por si las moscas, los nombres que aparecen en esta historia no son reales).

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Colecciono recuerdos en la verdulería, y escribo esto para el que quiera saber, porque el que quiere saber lee, pero el que conversa y no quiere saber revolea los ojos distraídos para todos lados intentando encontrar por fuera un poco de empatía en su interior hacia la historia que está obligado a escuchar por respeto al que la está contando.
Así que mejor que el que quiera saber que lea.

Esta es una historia de amor, pero no es una historia cursi de las películas románticas. Es una historia real sobre el dolor de la vida y la esperanza. Es tan real que cuando pienso en ella me mareo, y son pocas las cosas que me han hecho marear.

Hace un poco más de seis meses yo aún cursaba el último año del profesorado de música. En una de las materias nos pidieron que hiciéramos una propuesta para una intervención en lugares de residencia de bebés (casas cuna, hogares de madres adolescentes, etc).
Invertimos meses de tiempo, dinero (no voy a decir que mucho, éramos estudiantes) y trabajo en tal proyecto.

Días antes de la presentación nos avisan: "El lugar de los bebés se canceló, pero conseguimos otro de niños judicializados. No hay tiempo para cambiar nada así que vayan con lo que tengan."
Así que fuimos con más dudas que certezas rumbo a lo desconocido.

¿Con qué nos encontramos en ese lugar?
Muchos niños de distintas edades. Algunos solos, otros con hermanos. Su lenguaje, la violencia. Sucios, desatendidos, literalmente con sed.
Estos niños no eran los favoritos de nadie. A simple vista se podían ver los rótulos que los volvían "una complicación": Operación del corazón, muchos hermanos, autismo, discapacidad intelectual, problemas de conducta, etc.
Pero el problema no habían sido ellos, lo eran sus familias. Todos venían de hogares quebrados, marcados por el abuso y la violencia, y por esta razón el Estado había tenido que decidir que era preferible el abandono que sufrían en este momento y no el anterior.

Nuestra presentación fue un fracaso. Nosotros no estábamos preparados para ellos ni ellos para nosotros. Frutas de tela volaban por los aires cual proyectiles mientras intentábamos cantar "Bate con la cucharita."
Luego de la presentación las autoridades que nos acompañaron huyeron abochornadas por la situación de descontrol. Nosotros no nos íbamos porque, sin más, era imposible irse con los niños intentando quitarnos nuestros instrumentos. persigiuendo a nuestra compañera kiosquera, portadora de los caramelos, o simplemente rogándonos que nos quedáramos para jugar un rato con ellos, abrazarlos, escucharlos impotentes mientras nos pedían que nos los lleváramos de ahí.

Esta fue, particularmente, la conversación que se dio entre una de las niñas, Ana, y mi compañera Flor (salvando algunos errores inevitables por no poseer una memoria perfecta):

- ¿Vos vivís con tus papás?
- No, vivo sola.
- Ah, ¿y estás casada?
- No, estoy soltera.
- ¿Y tenés hijos?
- No, no tengo.
- ¿Y tenés trabajo?
- Sí, soy actriz.
- Entonces, ¿por qué no me llevás a vivir con vos?

Nudo en la garganta.

Y este nudo siguió en la garganta un par de meses más. Ese lugar, esos chicos no dejaban de hacer eco en la memoria, pero la vida cotidiana continúa.

Ferretería.

A esa nena la conozco. Dios y todos los que me conocen saben que mi memoria es pésima, pero a esa cara no me la olvido. ¿Qué hace con la esposa del verdulero? ¿Será su mamá? ¿Habrán sido ellos a quienes la justicia les quitó sus hijos? ¿O la adoptaron? ¿Cómo puede ser? En este mundo tan chico me vengo a cruzar justo yo con la única cara que recordaría. ¿Me reconocerá? ¿Qué le digo? ¿Y si le digo algo y esa mujer es su mamá biológica y le pregunta de dónde me conoce y ella le dice que del hogar y eso le conlleva un castigo? ¿Qué hago? ¿Qué le digo? Mejor le sonrío a ver qué hace. Ahí me mira, le sonrío. Ay, pero no me sonrió ella a mí. No me debe haber reconocido. O capaz que sí, pero tiene miedo.

Salgo de ahí y me voy a mi casa con una mezcla de alivio, impotencia, adrenalina y angustia. ¿Tantos sentimientos juntos son posibles? Yo pensaba que no, pero sí.

- Flor, me la crucé a la nena que quería irse con vos. No supe qué decir.
- Si la volvés a ver preguntale: "¿Te acordás de mí, Ana?"

Verdulería, día 1.

- ¿Cuánto es?
- $32 amiga. -y aparece por atrás Ana,... ¡Ana!
- Ana, te acordás de mí.
- Sí. -me sonríe un poquito.
- ¿De dónde la conocés a Ana? -interviene Pancho, el verdulero.
- Del hogar.
- Ah, y vos trabajás ahí?
- No, hice una práctica ahí -más corto decir eso que explicar que habíamos llevado una intervención que había sido un fracaso-. ¿Ustedes son familiares?
- Ana está ahora con nosotros.

Y punto, sólo eso.

- Flor, Ana vive con mi verdulero. No sé qué onda, no me quiso decir mucho más. Me parece que porque había mucha gente en el negocio. Quiero preguntarle más pero en un horario en el que la verdulería esté menos concurrida.

Verdulería, día 2.

Estaba justo la esposa de Pancho y éste le cuenta que yo conozco a Ana del hogar, así que aprovecho el tirón.

- ¿Así que Ana vive con ustedes ahora?
- Sí, la adoptamos. -"¡Sí! ¡Gracias Dios! ¡Ay! ¡Qué felicidad que tengo!" pensaba mientras intentaba poner una cara más neutra que oculte mi excesiva euforia-. Es que mi hermana estaba buscando para adoptar y los hermanos de Ana son varios, pero no querían que los adopte a todos juntos y a Ana que tiene un problema con el corazón, entonces nos avisó, fuimos a verla y la adoptamos a ella y a su hermana menor. Ahora sus hermanos están con mi hermana y ellas dos están conmigo así que se van a criar juntos.

Volví flotando a casa. ¡Ana y sus hermanos juntos tienen una familia!

Luego de eso hubo un día 3; 4; 5; 6; etc. en la verdulería. A veces me olvido que Ana puede estar ahí jugando, pero de todas formas lo debe saber mi inconsciente porque cuando voy a comprar lo hago contenta.
Cuando llego y la veo abrazar a su nueva mamá, jugar a la luchita con su nuevo papá o incluso cuando la veo llorar porque se peleó con su hermana Sofi, y no porque se siente sola o tiene frío o sufre abandono, vuelvo a flotar.

Ella me ve y casi que se contiene para no correr hacia mí. Por poco ya es una adolescente así que contener las demostraciones de amor es una cuestión de honor. Me da un beso baboso en el cachete y me pregunta cómo hago para tener el pelo violeta mientras su mamá se escandaliza. Yo le digo que cuando sea grande para calmarla.
Hoy hizo lo de siempre y se fue a jugar, después volvió para decirme "te quiero". La abracé y se fue a jugar de nuevo.
Hoy Ana es feliz y yo vengo a casa flotando de coleccionar recuerdos en la verdulería.

Inexplicable Cielo

Veo cosas inexplicables en el cielo
y no pueden mentirme,
sé que algo está cayendo
y no soy yo,
tampoco un ángel prendido fuego.
Veo cosas inexplicables en el cielo
y de tanto que creo
me siento sola en este mar de concreto.
Nadie puede apagar esta esperanza,
yo no la invento,
sólo me arrebata.
Veo cosas inexplicables en el cielo.
Noches y noches me desvelo,
a este sueño de verte no lo contengo.
El dolor me desangra,
y no es mi dolor,
es el de mi humanidad
que como un juego se mata.
Mi corazón te llama,
sus voces me alarman.
Que vengas, que no vengas.
¿Cuántos son los que quedan?
Veo cosas inexplicables en el cielo,
esa estrella no estaba ahí ayer
y no siento miedo,
miro, vivo y te espero.

lunes, 30 de enero de 2017

Necesidad artística

¿Qué es esta necesidad artística de representar la belleza? ¿Estaremos aprendiendo a deleitarnos en vos? ¿Cuando estemos en el cielo te dibujaremos, te escribiremos cartas y poemas de amor infantil? ¿Te cantaremos canciones? ¿Acaso todo esto no son los regalos que los niños les hacen a sus padres? 

Pero los niños crecen, los padres no son perfectos y, si la suerte no nos acompaña, descubriremos que tampoco son buenos, aunque lo intentan.
Así es que aprenderemos sobre el desarraigo, la temible decepción y el abandono.
"En el fondo todos estamos solos" es el himno del mundo.

Entonces, ¿qué es esta necesidad artística de encontrar hermosura en este mundo de caos? ¿No serás vos invitándonos a desaprender?, ¿a volver a confiar, a dejarnos amar por tu amor paternal, a entregar desinteresado amor, a dejarnos enseñar?

¿Qué esta necesidad artística?
¿No será el llamado a ser como niños?

viernes, 13 de enero de 2017

Si supieras

Nunca quise
darte una triste existencia.
Si supieras lo que tengo para ti
tal vez dejarías de dar vueltas.

Si supieras
todo el amor que tengo para ti,
nunca quise que vivieras
en las obstinación de una vida atormentada.

Si supieras
cuantas veces lloré por ti,
cuantas veces te vi llorar
en el sinsentido de la vida cotidiana.

Nadie lo sabe,
pero al triste blues lo inventó mi corazón
cuando te vi partir.
Cuando cantas triste
mi corazón te dice "vuelve".

Si supieras
todo el amor que tengo para ti
si supieras de cuántas mentiras
hiciste tu terca verdad.
Si supieras que es más fácil mi amor
que tu soledad.

domingo, 11 de diciembre de 2016

Sobreponerse a la depresión,
salir del sinsentido.
Aceptar con paz la incertidumbre.
Dejarse caer cuando no quedan fuerzas
para dejarse agarrar por vos cuando las preguntas
me golpean.
Aceptar mi humanidad, no para sobrevalorarla,
sino para sorprenderme del amor.
El hombre puede hacer por sí solo muchas cosas,
pero al final del día la soledad no deja de ser
insostenible.
A veces mi soledad es insostenible
y entonces decido dejar de hacer las cosas por mí misma
para hacerlas con vos.

viernes, 14 de octubre de 2016

Sinceridad Ante Todo

- ¿Qué hacés cuando estás mal?
- (versión maquillada de los hechos).
- Tené cuidado con esa mentalidad porque si realmente pensás así cuando estés mal en serio te va a costar perdonarte.
- (la verdad de los hechos).
- Me deja tranquilo que estés consciente de tu humanidad. Vas a llegar muy lejos.

miércoles, 5 de octubre de 2016

Pies

Este es un camino en el que decidimos estar descalzos.
Descalzos en la arena,
arena de mar,
arena de río,
Descalzos sobre la piedras,
piedras de río,
piedras de desierto.
Descalzos en el pasto,
pasto fresco,
tierra seca.
Pies desnudos, alma expuesta.

jueves, 21 de julio de 2016

Quebrado

Hay ciertas palabras que nos generan una atracción indefinible. Tal vez por el sonido de su pronunciación, porque son difíciles de aplicar a la vida cotidiana o simplemente porque nos atraviesan de una manera particular.
Estas son mis tres palabras y cada una de ellas representa uno de los tipo de atracción que me produce:
Metamorfosis.
Holograma.
Quebrado.
Pero la que más me atrae es la palabra "quebrado". Es una palabra fuerte. Su pronunciación alude a la quebradura misma sobre todo en la "b". No es difícil de aplicar, pero sólo es aplicable a situaciones particulares como "se quebró la pierna". Aún así no utilizaríamos la palabra "quebrar" para cualquier tipo de rompimiento. Nadie sería capaz de decir que una hoja se quebró. Tampoco utilizamos muy seguido la palabra "quebrar" en las relaciones personales. Diríamos más bien que hubo una separación. La separación se refiere a dos objetos distintos que estaban unidos y algo los despegó. La palabra "quebradura", por otro lado, dice por sí misma que lo que se rompió era un solo organismo. No era frágil como una hoja que se rompe ejerciendo un leve movimiento opuesto entre ambas manos (o pies en el caso de no tener manos), pero tampoco era algo muy sólido que  se rompió por sí mismo, sino que una fuerza o presión externa recayó sobre él para que la quebradura sucediera. Así que simplemente estamos hablando de huesos.
A pesar de todo, aunque los huesos no sean frágiles en la mayoría de los casos, sí suelen quebrarse por estupideces del destino. Por ejemplo, mi papá tuvo dos quebraduras en sólo cinco años. Una fue en los dedos del pie, caminando, y la otra en un tobillo podando un árbol, y aunque podar un árbol podría significar caerse de él no fue lo que le sucedió a mi viejo. Él estaba sólo a un par de centímetros del piso. Fue suficiente el hecho de poner el pie en una mala posición al volver a una postura neutral para que la quebradura se diera.
Por eso es que últimamente pienso que los seres humanos deberíamos tener una nueva denominación:
Los quebrados.
Cuando nacemos venimos al mundo con una mente abierta para recibir lo que la vida nos depare. No somos frágiles, pero sí fáciles de romper. Así como el tan puro amor maternal puede generar un vínculo simbiótico que quiebre la saludable conformación de nuestra personalidad, el abuso, la violencia, la soledad, la indiferencia, la incomprensión, el odio, el rencor nos quiebran por dentro.
Es el gran "bienvenido" que el mundo tiene preparado para nosotros. No sé si existe otra especie en la tierra que tenga un encuentro tan cercano con el pecado y sus frutos.
Sin embargo hay algo más que me gustan de las quebraduras: Los rigurosos ejercicios que se practican en artes marciales golpeando maderas con las manos forman microquebraduras que ciertamente vuelven a la mano más fuerte, ya que alrededor de dicha quebradura se produce una calcificación que es más eficiente que una soldadura metálica. Las soldaduras se pueden volver a romper, el hueso no, por lo menos no en el mismo lugar.
Con esto no estoy diciendo en lo absoluto "lo que no te mata te fortalece". Durante mucho tiempo esa fue mi filosofía de vida, pero lo que realmente deseaba expresar era "¡donde sea que esté eso que tenga el poder de matarme, que aparezca de una vez!".
Lo que no te mata te fortalece, no. Sí te mata. Te mata por dentro. Te quiebra, y te toca la quebradura. Te quiebra al costado de la quebradura. Te recuerda el dolor y te quiebra de nuevo y vos estás tirado en el suelo (en el suelo de la mente a veces) esperando terminar de desangrarte, tomándote una pepa para olvidarte que te duele, y duele mucho.
Quebrado es el estado natural del ser humano.
Sanado es el estado del ser humano natural que, luego de haber sido quebrado, se encuentra con Dios.


jueves, 28 de enero de 2016

Realidad

Hace poco soñé con vos. No en el mejor de los contextos.
Mi fatal carnalidad estaba a punto de lastimarte, cuando de repente la gran tentación afirmó: "Nadie te está obligando. ¿Vos querés?"
Y en ese momento recordé los motores de mi existencia, los cuales son reales. No, no quiero y fin del sueño, y cuando desperté ahí estabas. Tan real como al Dios al que a veces le doy la espalda por cosas que no existen, falsas y solubles como una mala oferta en un sueño liviano.
Y ahí estabas, exhalando toda tu humanidad por la nariz mientras deseabas soñar con Dios, como todas las noches. Recordándome que la vida es como una pintura, que no es más que el reflejo de algo más real que nosotros mismos.

jueves, 19 de marzo de 2015

Confesiones al amor de mi vida.

Te escribo poemas en mi mente cuando hacemos el amor.
Me muero de ansiedad por volver a casa y verte,
y al despertar... cada día es sorprendente que estés a mi lado.
Todo abrazo es tan hermoso como el primero.
Tu piel es la seda más suave jamás creada.
Lo primero que vi de vos fueron tus labios,
que siempre fueron cuidadosos en su forma y en sus palabras.
El mundo piensa que sos distante,
y él no se da cuenta lo tierno que es tu corazón.
Me gusta aprender sobre las cosas que te gustan para escucharte hablar.
Cada vez que te hago reír me siento la mujer más revolucionaria del mundo.
Suelo pensar en vos cuando no estás conmigo y seguirte amando,
plasmarte en cada trazo, y en cada color.
Sos la razón por la que más veces me sentí agradecida de vivir en esta tierra.
Cuando no estás en la cama duermo de tu lado.
Cuando estás en la cama también duermo de tu lado.
Amo que me confrontes con lo peor de mí,
siempre me ayudas a cambiar.
Admiro tu capacidad para perdonar.
Haces que el cielo no parezca tan lejano.
Quedo anonadada cada vez que percibo la cercanía con la que le hablas a Dios.
Me construye que nunca te confabulas conmigo cuando estoy enemistada con alguien más.
Siempre buscas la paz,
y si no lo hacés otra vez aprendo sobre tu humildad cuando pedís perdón.
Si pudiera vivir dos vidas las viviría con vos.