sábado, 28 de agosto de 2010

Quinta Alternativa

Acá estoy, desesperada, impotente ante mi vulnerabilidad. El silencio como el mejor oyente y consejero me repite lo de siempre, que sea sincera conmigo misma, y tiene razón, lo admito, soy débil y estoy desvalida.

Dos calles que se cruzan en una misma esquina, cuatro posibles rumbos son demasiados. No sé hacia dónde ir y la estadía en esta cueva me desgasta lentamente, siento que mi esencia se marchita... ¿Dónde estás?

Parada ahí, en ese cruce de calles perpendiculares pensé en una quinta alternativa: el cielo, y delirante, sofocada de realidad estiraba mis brazos hacia arriba como si así le quitara peso al cuerpo, como si de esa manera pudiera volar y acercarme a tu corazón.

Quiero oír tus latidos, que ese sea el único sonido. Quiero morir viendo tus ojos, los únicos que me miran con verdadero amor. Quiero echarme en tu regazo y que me envuelvan tus brazos. Ojalá esta noche pudiera tocarte las manos al señalar una estrella, y que mientras tu paz me llene de fuerzas que el tiempo me espere sentado junto al silencio en la esquina.

Gini Beutel.

domingo, 22 de agosto de 2010

Caminito Vendado.

Incierto,
caminito que se toma
a sorbos mi voluntad.
Me hice experta en esquivar,
pero te paras frente a mí
y me miras triste al preguntar
por qué no te dejaba
en mí trabajar.
No sé.
No sé.
Es tanto el hedor
que tengo adormecido
el olfato,
y con el tiempo
todo me da igual.
La conciencia no me podrá
regañar,
mis excusas me impulsarán,
tal como quería,
al vacío.

viernes, 6 de agosto de 2010

Quienes Quedan

Cuando tomé aquella decisión, cuando decidí cambiar de rumbo, dejé muchas cosas atrás. Personas sobre todo...

Me fui sin decir adiós, sin abrazar a los que más quería. Me fui y no le avisé a nadie que me iba, me fui y no le dije a nadie hacia dónde iba.

Marché, y enceguecida nunca más volví. Esa frialdad había congelado mi memoria.

"Siempre hacia adelante, lo que viene es mejor", pensaba mientras caminaba por un sendero entre las hojas del otoño, dejando caer cientos de páginas, páginas que nunca más logré recuperar.

Y ahora estoy tan lejos, tan adelante o atrás, que te vas y mis gritos no son lo suficientemente altos como para que me escuches, mis pies no te alcanzan y el viento de agosto interrumpe el destino de esos avioncitos de papel que armé con las hojas que llenaste de buenos momentos.

Te vas, vivirás lleno de paz, pero nunca te vas a enterar que siempre te quise y extrañé.

Para Fede.

Gini Beutel.

martes, 3 de agosto de 2010

Mártires

El dolor era indescriptible. Las preguntas retumbaban en el oído atormentándome con un crujir de cierres. Recuerdos, sentimientos, lógica y futuro contrapuestos. No había escapatoria ante el deber y el querer, los caminos parecían haberse escondido mientras buscaba en unos ojos llenos de incertidumbre la respuesta.

Perdidos, aterrados, confundidos, tristes, desanimados. Así nos sentíamos cuando la vida enfurecida se acercaba para devorarnos. Lo mejor que pudimos hacer fue aferrar nuestras manos, mirarnos fijamente por última vez intentando perpetuar el recuerdo y ser felices cumpliendo nuestro sueño accidentado: morir como mártires del amor.