jueves, 22 de marzo de 2018

Hogar.

"Espero que en este día cambie tu suerte." Me dijo el taxista que me dejó en el hospital luego de un día muy largo al que aún le faltaba mucho para terminar. Le di las gracias, casi desesperanzada.

La bronquitis y una muy mala gestión de la empresa para la que trabajo me dejaron desvanecida en el sillón de mi casa. Me desperté en tus brazos. Con algo de esfuerzo, tengo que admitir -ya no soy la misma flaca de antes-, me levantaste como a una niña para acostarme en la cama.

Y me acordé de lo que dijo el taxista:

"Espero que en este día cambie tu suerte."

Qué tonta al pensar que mi suerte era mala. Incluso en los peores días todavía tengo un hogar y unos brazos a los que volver.

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