sábado, 1 de agosto de 2009

La Debilidad es La Verdadera Fortaleza

Toda mi vida viví sobreviviendo.
Despertándo cada día con la esperanza de que las cosas mejoraran. Las situaciones inevitáblemente me exigieron hacerme fuerte; ya había pasado por muchas cosas, era obligatorio poder superar lo que viniera.
Un día me dí cuenta que no era fuerte. Sentí que quería morir; yo no había pedido venir al mundo para pasarla mal, no quería, no me resignaba, sentí que no era justo - ¿Para qué vivir con tanto dolor? Ni con mi mayor esfuerzo ni con todas mis fuerzas puedo soportar lo que pasa. Soy débil, no puedo y no quiero. Dios: quiero morir - decía.
Justamente en ese momento, cuando quedé rendida, cuando ya no importaba qué iba a pasar después y yo solamente quería dormir, fue ahí que comprendí que mi debilidad sería lo que me mantendría en pie.
Aceptando que nada puedo hacer por mi misma le dije a Dios que sólamente él podía sostenerme. Todo mi cansancio, todo mi sufrimiento, todas mis lágrimas se las dí a él para que me cuidara.
Desde ese momento empecé a vivir confiando. Me siento como una niña que camina segura a la mano de su padre, porque sé que Dios me va a cuidar cada vez que lo necesite.

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