sábado, 5 de febrero de 2011

Motivo de Esperanza

Eliseo nació prematuro.
Con siete meses y medio lo habíamos sacado de su resguardo, una pileta de aguas tibias en las que nadaba feliz. Era su dormitorio acústico libre de todo sonido molesto y además en ella tenía servicio de habitación disponible para él las 24 horas del día. Con una mamá pastelera y una familia de árabes apetentes el bebé prometía nacer gordito, pero por el contrario no tuvo el tiempo suficiente para cumplir con esa expectativa.
Y al verlo ahí, tan diminuto con sólo 32 centímetros, acostado en esa incubadora con una lámpara que le apuntaba directamente a la cara, los ojitos vendados, los brazos todos pinchados, y sus piececitos llenos de tajos nos llenábamos de angustia. Nos preguntábamos si Eliseo podría ser un poco feliz en esa circunstancia luego de haber vivido siete meses de paz absoluta.
Entonces respondiendo a nuestras plegarias, se desplegó en su rostro una hermosa sonrisa.
Ese gesto nos llenó de esperanzas porque sin importar el miedo que le tuviéramos al futuro y lo frágil que él lucía, había una cosa de la que podíamos estar seguros, de que sin que nadie le enseñara, desde un principio él ya sabía la manera de ser feliz y cómo expresarlo.


Gini

3 comentarios:

Lucía dijo...

Ay, es hermoso... Y de grande que está ahora.

Un abrazo, amiga.

Lucía dijo...

ESTOY ENOJADA CON ESOS MARCADORES DE VISITA .... CON ABSOLUTAMENTE TODOS.
No sé por qué choto, marca Salta en vez de TUCUMÁN
-.-

Gini dijo...

Gracias lú. Seguramente se le debe haber roto el mapa al marcador jaj, o capaz que tenga algo que ver con tu IP.
Te quiero amiga.