domingo, 13 de junio de 2010

Aventuras Macareñas.

Todo empezó con un aula llena, un asiento vacío, una campera amarilla y un dibujo anaranjado.

Recuerdo las ansias con las que entré al aula ese primer día de clases de 2do grado. Llegaba tarde, como de costumbre, a pesar de vivir a una cuadra y media de la escuela. La señorita me miró con sus ojos secos, y con su habitual amargura me invitó a sentarme en el único lugar que quedaba sin ocupar.
A mi lado se encontraba una niña llena de timidez que contrastaba con su campera amarilla. Desde ese momento me agradó ya que el color amarillo siempre me pareció alegre. 
Buscando tema de conversación, le mostré el dibujo que había hecho durante la clase; (no recuerdo lo que había dibujado, sólo sé que era anaranjado) lo miró analizándolo, sonrió y me dijo que le gustaba.
Y a partir de ese día vió muchos dibujos más...
Así fue que crecimos juntas: comiendo Tatines, corriendo por todo el patio de la escuela, escribiendo cuentos, inventando juegos brutos con los varones del grado, riendo, compartiendo...
Sin darnos cuenta crecimos... Alguien diría que somos unas "pavotas", pero parece que no tenemos idea acerca del tiempo.

Cuántas tardes bien gastamos buscando explorar la ciudad.

Caminar es nuestro oficio grupal, y nos ha enseñado tantas cosas... Caminando aprendimos a reirnos de nuestros problemas, a perseverar sin importar importar la distancia, a hablar con honestidad, a disfrutar de las pequeñas cosas, a soñar con un futuro que aspire al cielo sin importar lo absurdo que parezca comparado con el presente, y sobre todo a ser felices en el proceso.

Confieso que le temo a la ancianidad, pero al imaginarnos a ambas riendo, tomando mate, sacándole el cuero a los vecinos "chismosos" con nuestra piel llena de arrugas y el pelo blanco, simplemente deseo tener una vida larga para disfrutar de esta amistad irrepetible.
Sé que tengo mucha suerte y que la vida fue muy buena conmigo al regalarme el apoyo de una persona tan pura.

Cada día le agradezco a Dios que haya estado desocupado el asiento al lado de la nena de campera amarilla.
Para Maca...
De Gini Beutel.

No hay comentarios: