jueves, 3 de septiembre de 2009

UNA HISTORIA QUE NO DEBERÍA HABERSE REPETIDO


Debo contar esta historia.
No sólo porque también se trata de mí,
sino porque es la historia de muchas personas, de un pueblo que aún llora.


La inspiración de Adolf Hitler fue ésta. En un lugar que muy pocas veces escuchamos nombrar se cometió el primer genocidio del siglo XX: El Genocidio Armenio.

Entre 1914 y 1923 Turquía asesinó 1.500.000 personas, y al escribir esta oración me quedé sin palabras, porque el dolor es indescriptible, porque apesar de no haberlo vivido yo misma, lo llevo en la sangre.


Aquí la historia de mi origen.

Todo comenzó en Armenia con mi bisabuelo.
En el genocidio asesinaron a toda su familia delante de sus ojos. Parece una especie de técnica de tortura: mataban a familias enteras, pero dejaban a un integrante vivo para que contemplara como morían sus seres queridos fusilados.
Luego de eso, gracias a un cura que lo ayudó y a que él sabía hablar turco, huyó a Siria donde conoció a mi bisabuela. Se casaron y tratando de escapar de tanta muerte vinieron a Argentina. Mudos, sin saber una palabra de castellano tuvieron que aprender a duras penas. Trabajaron mucho, y tuvieron una numerosa descendencia.

Esta historia la escucho una y otra vez, pero siempre es igual, como si fuera la primera vez que la oyera. Su impacto es muy fuerte en mi, es inexplicable, pero puedo sentir una herida abierta que nunca sana.

Lo increible de todo este relato es que no es original, porque así como le pasó a mi bisabuelo, le pasó a miles de otros que huyeron y aún pedimos a gritos que este acto atroz sea reconocido.

Turquía NUNCA reconoció el genocidio armenio. Pese a que el Genocidio Armenio ya es reconocido oficialmente en muchos países, Turquía lo niega, y el reconocimiento de éste se ha transformado en una obligación apremiante de la comunidad internacional.
Las repercusiones de la negación del genocidio para Turquía son muchas. Gracias a esto aún no han podido unirse a la Unión Europea. Se los condicionó que solamente serían aceptados en la Unión en el momento en que lo reconoscan. Esto produjo una especie de rechazo hacia los turcos en Europa. Apesar de que muchos turcos nacen en Europa, siguen siendo de ciudadanía turca, porque éstos no pueden tramitar una ciudadanía europea.
Aún así, Turquía todavía posee razones para no reconocer el Genocidio. La razón principal por la que Turquía no reconoció el genocidio es porque si lo hiciera debería devolver todo el territorio que le robó a Armenia, el cual, después del genocidio quedó como el tamaño de una provincia argentina.

Un símbolo armenio en Turquía es el Monte Ararat. Antes del genocidio pertenecia a Armenia, luego quedó en medio de todo el territorio que los turcos robaron.
Su nombre significa "Montaña del Dolor" con toda la connotación que eso acarrea. Esta montaña mide 5.137 metros, y en ella también se encontraron los restos de la antigua Arca de Noe.
Incluso desde la capital de Armenia, Ereván, Se puede contemplar este monte.
Así es como los armenios esperamos. No sé si esperamos que se haga justicia, porque a las vidas que perdimos no las podemos recuperar más. Creo que estamos esperando que nuestra historia sea escuchada, que la gente entienda que cosas como ésta no se tienen que repetir, que por lo menos se admita la muerte del millón y medio de armenios; porque ellos lo merecen, porque los actos no tienen que quedar de esta forma, impunes. Ya nadie va a revertir lo que se hizo, pero pienso que sí se podría sanar una gran herida.


Transmití esta historia.

No figura en ningún plan de estudio, pero está clavada en el corazón de Armenia.

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