viernes, 28 de mayo de 2010

No sabes quién soy yo.

Te comprometiste por simpatía familiar; me sonries, pero tu me odias a mis espaldas, te abro mis brazos y corres detrás de algo más, pero sientes que hasta la soledad te rechaza.
Un espectáculo me vas a montar, y hoy me vienes a cantar, mas sólo veo labios que se mueven con un corazón helado.
Tú no sabes del amor, tampoco sabes quién soy yo. No digas que tu vida me darás si a eso nunca lo harás.
Ya están las cartas sobre la mesa; ahora puedes decidir si a tus días conmigo los quieres compartir o si retornarás a las mentiras de tu pobre vida.
Qué dulce es el vacío que con vacíos buscas llenar. Qué placentera es la sobervia con la que me vienes a negar.
Sé que mueres de verguenza cuando se acaba mi paciencia.
Tú no sabes del amor, tampoco sabes quién soy yo. No digas que tu vida me darás si a eso nunca lo harás.

Alguien en la cabeza de Gini Beutel.

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