domingo, 20 de noviembre de 2011

La Mejor Melodía.

Hay veces que cuando uno escucha música el corazón late muy fuerte como si se fuera a reventar el pecho. El aire se hace más liviano y al respirar se puede sentir el recorrido del oxígeno hasta los pulmones, éstos se llenan totalmente. Cerramos los ojos para agudizar el sentido del oído, y a veces por una especie de reflejo los brazos se elevan hasta el cielo tratando de que el cuerpo vuele tanto como la mente. De repente la música tiene gusto a helado y olor a pasto mojado, mojado con agua de lluvia. Los ruidos se apagan, la gente se aleja. Es el perfecto refugio. Cada pulso suena como el canto de un grillo, cada nota es como el crujir del agua cayendo. Nada supera ese sentimiento, excepto el amor.

No hay comentarios: