miércoles, 2 de noviembre de 2011

Mi tía.

"¡Vengan a comer que es la última bandeja!"

Repite esta frase por lo menos siete veces en una tarde. Leche chocolatada, panchos, pizzetas, facturas y todo lo que se le ocurra hacer con mucho amor.
Tiene una heladera chiquita, pero parece ser mágica,... no se sabe dónde está el fondo. Y las puertas de su casa están siempre abiertas, al igual que sus brazos.
Con un simple "hola" puede conmoverme y hacerme llorar.
Ella derramó tantas lágrimas por tantas personas, consoló a tantas otras. Siempre piensa en los demás.
Cada día mira el cielo en silencio, esperando que su angelito viva feliz allí y que algún día pueda volver a verlo.
Persevera y espera. Confía.
Ella es una hermosa mujer.

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