jueves, 18 de octubre de 2012

De vida o muerte.

La lengua y el corazón se complotan contra mí.
Perversos, sólo me contaminan.
Mi espíritu se entristece cuando me veo reflejada en vos,
nuevamente tan manchada.
Limpiame, inundame de tu amor que sana.
Yo quisiera tener tu corazón,
quisiera aprender a escucharte más y a lastimar menos.
Quisiera arrancarme esta carne que me agobia,
quisiera enmudecer las voces que nos dominan.
¿Cuánto tiempo más seguirá esta tierra inmunda ignorándote?
Todos nacimos malditos y tantas veces nos jactamos de esa condición,
¿por qué no revertilo? No hay nada que no puedas cambiar.
Yo quisiera tener tu corazón,
quisiera bendecir tu nombre con mi boca,
mirar el cielo, buscar tu rostro,
acariciar tu salvación y no más deleitarme en la muerte.

Te necesito desesperadamente,
te ruego que no me sueltes
porque a cada paso que me alejo de vos
mi espíritu se muere,
mi corazón se endurece
y la carne me domina.
Salvame de esos caminos de muerte,
sólo quiero seguir tus pasos
que mi alegría esté en vos
y vos puedas encontrar en mí hermosura.
Volvé realidad mi sueño,
que el día que despierte en casa otra vez
pueda acercarme a vos con toda confianza.
Abrazarte y sentir la paz que brota de tu pecho
y poder mostrarte mis manos
repletas con regalos de gratitud.
Besar tus pies y tus manos.
Mi espíritu libre, sano y salvo al fin. Junto a vos.
 

1 comentario:

Lucía dijo...

Y aunque el sol, se nuble después, sos alma de diamante.

Qué mas decir simultáneamente...