martes, 27 de octubre de 2009

Obras de Arte


La partera seguramente esperó que yo creciera mucho...
Mi mamá esperaba que yo fuera una señorita y que mis modales fueran intachables...
Mi papá en el fondo deseaba una compañía de aventuras masculinas...
Mi maestra me imaginaba siendo escritora...
A mis profesores les hubiera gustado que yo fuera una chica sumisa...
Algunos de mi familia estaban esperanzados con que hiciera una carrera que tenga que ver con las finanzas...
Algunos varones preferirían que fuera una chica "facil"...
A las mujeres no les disgustaría que yo fuera más diplomática...
Nunca podré satisfacer a todos con mi persona.

El mundo me dirá que para ser exitosa, tengo que tener plata. Para ser una verdadera mujer se debe tener familia, una carrera y un trabajo. Para ser feliz hay que tener una linda casa y estar rodeado de miles de amigos. Para ser aceptado en la sociedad hay que adaptar la forma de ser a los modismos de época... De otra manera es como si decepcionara a los demás con mi propia imagen.


Pero poco importan esas cosas ya porque me dí cuenta que los deseos de los demás no hacen a mi persona. No voy a superar mi 1,68 metros. Mis modales dejan mucho que desear, y más a la hora de comer fideos. A mi papá menos mal que le llegaron los hijos varones porque soy un poco machona, pero no sería lo mismo que compartir con un varón. Me gusta escribir pero nunca voy a ser escritora. Para hacer una carrera que tenga que ver con la literatura, tendría que leer miles de libros que me darían en la universidad obligatoriamente, y nunca pude leer un libro entero si no era por voluntad propia. A veces hasta a mí me gustaría contenerme cuando las cosas me molestan. Soy odiosa, y más cuando me levanto de mal humor, y no hay café. Lo que más me juega en contra son mis expresiones, que lejos del habla, nunca callan. A mis familiares los dejaré con las ganas de estudiar una carrera financiera porque me gusta todo lo artístico y no es lo mismo para ellos. Y los varones... bueno, hay más peces en el agua para ellos, no sirve para mí esas mentalidades. Con las mujeres me cuesta mantener las falsedades.


No soy, ni me acerco a nada de lo que les gustaría a algunos, pero así me hizo Dios, y me creó de esta manera con un propósito. Todos somos diferentes, y tratar de encajar en un mundo en el que sólo lo artificial encaja es perder la vida en el intento.

Llegan momentos en la vida en que uno se queda solo, totalmente solo, ahí es cuando despertamos de nuestra visión de perfección en la tierra y nos damos cuenta que no se puede conformar a los demás, porque a pesar de nuestros esfuerzos por agradar a los otros, estamos solitarios, con la única compañera que puede consolar el espíritu en ese momento. La consiencia, que nos grita diciendo que dejemos de fingir, de mentirnos a nosotros mismos mostrándo en el espejo la persona que nos gustaría ser.

Nunca vamos a conformar a nadie. Ni siquiera a nosotros mismos.

Hay veces que ni siquiera yo me soporto, pero si Jesús me ama con todo el quilombo que tengo en la cabeza, ¿por qué no podría aceptar la manera en que fui hecha?

¡Guarda! Que esto no se preste a confusiones. Aceptarse no significa aceptar nuestros errores o debilidades como partes de nuestro ser. Obviamente, los errores y debilidades, caidas, tropiezos, etc, vienen incluidos en el simple hecho de ser humanos, pero el humano viene acompañado de la razón también, y la razón diría que si detectamos un error, lo descartemos y no tropecemos con la misma piedra otra vez.

De esta manera es que cada día, cuando obligatoriamente uno tiene que mirarse al espejo porque se está lavando los dientes, hay que pensar: Esa persona que está delante mío con la cara hinchada y los ojos pegados soy yo, nada más y nada menos que yo, y así me hizo Dios, nada más y nada menos que Dios. Entonces... ¿cómo podría despreciar la obra echa con sus propias manos? SOMOS OBRAS DE ARTE, y con todo lo malo que traemos a cuestas, Dios nos ama, y creo que si él lo hace, vos también podés amarte y tratar de mejorar tu existencia poniendo un poquito de tu propia esencia cada día en este mundo de plástico.

¡Se buscan personas auténticas!... ¿estás preparado para calificar?

Gila Beutel.

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